Uno de los pocos militares de la Independencia que escribió memorias fue José Trinidad Morán (1796-1854). Aunque abarcan el período hasta 1824 (al menos la obra que hemos podido consultar), resultan importantes para conocer el período de la Guerra a Muerte y la caída de la Segunda República, sobre todo.

Morán, nacido en El Tocuyo, cuenta varios detalles sobre su vida, la ejecución de su padre Gregorio a manos de los realistas, su cercanía a Simón Bolívar y su visión sobre varios de los protagonistas de la Independencia.

Estatua de José Trinidad Morán en Arequipa, Perú.
Estatua de José Trinidad Morán en Arequipa, Perú.

Sus memorias son rescatadas como parte de un libro titulado General Trinidad Morán, 1796 a 1854, estudios históricos y biográficos. Lo escribió Alfredo Guinassi Morán, descendiente del militar, y fue publicado en Arequipa en 1918.

El libro puede leerse en este link.

El general José Trinidad Morán murió, como su padre, fusilado. Sufrió la pena capital en Arequipa, Perú, luego de una revolución ocurrida en el lugar en 1854.

Nos referiremos en esta publicación a varios de los protagonistas de la Guerra de Independencia, como Simón Bolívar, José Félix Ribas, José Tomás Boves, Francisco Tomás Morales y más, vistos desde la óptica de Morán en sus memorias.

José Trinidad Morán y la ejecución de su padre

José Trinidad Morán.
José Trinidad Morán.

“Cualquiera que haya seguido una profesión y que haya recibido aplausos por su comportamiento y adelanto, juzgará cómo estaría yo al verme recomendado por mi valor a los 16 años (luego de la batalla de Las Trincheras, NDE); no pensaba, como me ha sucedido después en las diferentes campañas, que es el placer de vencer placer incomparable y que no tiene sobre la tierra nada que se le parezca.

Engolfado en estas dulces emociones viene a turbarme la fatal noticia de los triunfos de los españoles en el oriente de Venezuela, y que, habiendo entrado éstos en mi país (la zona o región de nacimiento, NDE), habían fusilado a mi padre, junto con cinco vecinos más de los hombres respetables y padres de numerosas familias. Los Sres. Oropeza, Lozada, Yepes y otros dos fueron las víctimas que acompañaron a mi padre en el patíbulo.

Fueron algunos días los que estuve en la incertidumbre de lo que debía hacer. Pensé dejar el ejército para ir a con traerme a mi familia, dejada en la miseria por la confiscación de sus bienes y saqueo de cuanto poseían, y a consolar a mi desgraciada madre; me resolví a hacerlo y fui a pedir mi separación del servicio a mi comandante D’Elhuyar, quien me dijo: ‘¿Cree Ud. que los españoles dejarán a Ud. en su casa?, seguirá Ud. la suerte de su padre, pues para nosotros no hay remedio, o la independencia o la muerte’.

Mi natural inclinación a las armas y las razones de este hombre que tanto me apreciaba me hicieron resolver a no dejar las armas mientras hubiese españoles a quienes combatir”.

Bermúdez manda a matar a un español que había sido salvado por Bolívar

José Francisco Bermúdez
José Francisco Bermúdez

“En la persecución de esta derrota el Libertador encontró un español padre de una familia respetable de Valencia, que siguiendo los impulsos de su corazón se fue a unir al ejército español abandonando a su familia. Cuando lo tomaron y presentaron al Libertador, viendo sus canas lo dejó al cuidado de uno de sus edecanes, pero llegando poco después el Corl. Bermúdez, que marchaba a la cabeza de un cuerpo, y preguntando quien era aquel hombre lo informaron, entonces mandó salir cuatro granaderos de su cuerpo y lo hizo fusilar.

El edecán fue luego y dio parte al Libertador, quien hizo llamar al Corl. Bermúdez y le reconvino por tal desacato y éste le contestó: ‘V. E. ha decretado la guerra a muerte contra todo español, y mientras subsista esta ley todo español debe morir’. El Libertador quedó pensativo y dejó solo a Bermúdez”.

Juan Bautista Arismendi

Juan Bautista Arismendi
Juan Bautista Arismendi

“El Gral. Ribas reunió nuevas tropas apoyado por el gobernador de Caracas, Corl. Arismendi, que sacaba recursos extraordinarios bien del patriotismo de aquellos pueblos, bien por los castigos severos que imponía al que siquiera se mostrase indiferente. Todo lo hacía presentar a los altares de la patria. Publicó un bando que contenía más de doce artículos imponiendo en todos pena capital para los que no cumpliesen sus disposiciones, y a fe que sabían aplicar la pena”.

El carácter de José Félix Ribas

José Félix Ribas, por Tovar y Tovar
José Félix Ribas, por Tovar y Tovar

“El general Ribas, hombre de un carácter dominante, duro, más temido que querido en el ejército, pero afortunado en sus operaciones”.

José Tomás Boves

José Tomás Boves
José Tomás Boves

“Pocas veces se reúnen en un hombre los caracteres que en éste, pues a un genio emprendedor y decidido y un valor bien probado abrigaba un corazón cruel y sanguinario. Entregaba los pueblos al saqueo, al estupro y al degüello”.

Boves y Vicente Campo Elías

Vicente Campo Elías
Vicente Campo Elías

“El tigre de Boves, en los Llanos, con su sistema de terror y de licencia engrosaba sus filas día a día. Contribuyó a ello el coronel Campo Elías que, mandado por el Libertador hacia los llanos, y aunque hombre decidido por la causa de la independencia, no pudiendo prescindir de su carácter de español, lejos de ganarse aquellos pueblos nos los convirtió en enemigos, y aunque Boves los trataba peor y con más rudeza, como lo hacía en nombre del Rey, por hábito y por ignorancia sufrían y aun se creían obligados a ello, pues tal es el imperio de la costumbre”.

La Guerra a Muerte

Simón Bolívar firma el Decreto de Guerra a Muerte. Cuadro de Ivan Belsky
Simón Bolívar firma el Decreto de Guerra a Muerte. Cuadro de Ivan Belsky.

“Eran tales los horrores que se cometían de una y otra parte con los prisioneros y heridos en la guerra a muerte, que pedían como un favor la muerte para que no los tomasen vivos los enemigos. Todo español que nosotros tomábamos sufría la muerte y ellos lo hacían con todo el que tomaban de nuestra parte, pues ser insurgente bastaba para morir. Sin embargo de la guerra horrorosa que hacíamos, nos guardábamos escrupulosamente de matar ningún americano por criminal que fuese; ésta fue la política del Libertador y ésta la que nos dio la independencia, pues al fin los españoles concluyeron por echarse de enemigos a todos los americanos”.

Las crueldades del realista Antonio Zuazola y su posterior ejecución

Episodio de la Guerra a Muerte, por Antonio Bosch Penalva
Episodio de la Guerra a Muerte, por Antonio Bosch Penalva

“Estacionado con una división en los pueblos de Aragua de Barcelona, (Antonio Zuazola) hacía salir sus soldados a los campos a caza de hombres y cuantos le traían los hacía fusilar. Un día que trajeron uno sus cazadores, mandó lo pusieran en capilla para fusilarlo, después de los auxilios espirituales, y sabiendo esto un niño de ocho o nueve años, hijo de este desgraciado, fue y se echó a sus pies pidiéndole por la vida de su padre. Parecía que el llanto del niño había ablandado a la fiera, y le dijo que perdonaría a su padre siempre que sufriese lo que iba a mandarle, pero sin llorar; la criatura se lo ofreció.

Llamó entonces a un ayudante y le dijo: ‘Córtale a este muchacho las orejas’. ‘Cuidado con que llores, porque pierdes’, repetía al niño, quien sufrió la mutilación sin dar la más pequeña muestra de dolor, mas el monstruo encolerizado exclamó: ‘Si a esta edad hace esto que será cuando grande, que lo fusilen con su padre’, lo que se ejecutó.

El Libertador no sabía qué clase de muerte podría dársele a esta fiera y lo entregó al Corl. Girardot para que le hiciera ejecutar de un modo que en algo sintiese sus crímenes: le hicieron dar quinientos látigos y que se ahorcara él mismo, sin embargo de que alegaba tener dos hermanas monjas en España y que no podía ser condenado a la horca”.

La Emigración a Oriente y el acto de amabilidad de Simón Bolívar con José Trinidad Morán

Emigración a Oriente, por Tito Salas.
Emigración a Oriente, por Tito Salas.

“La caballería de Boves nos persiguió los primeros días de nuestra retirada, y cuanta persona encontraban era lanceada: era el exterminio de todos los americanos lo que querían los españoles.

Yo he debido ser una de las víctimas, pues salí a pie y con mis muletas arrastrándome a duras penas y adelantando muy poco, pero el Libertador, que con su escolta se retiró el último de la capital, al pasar delante de mí se detuvo y mandó desmontar a un soldado que lo pusieron en un cuerpo de infantería entregándome el caballo.

Este hecho quedó eternamente grabado en mi corazón, y yo mismo me lleno de orgullo al recordar que en todo el curso de mi carrera acompañé al Libertador con lealtad, estuve con él en sus más grandes peligros, y le seré constante, mientras viva, haciendo respetar su memoria”.

La cobardía de Francisco Tomás Morales

Francisco Tomás Morales
Francisco Tomás Morales

“Mandó Boves a la cabeza de él a su segundo Morales, oriundo de las islas Canarias, que era aún más malo que Boves, pero tenido por sus mismos soldados como cobarde”.

El patriota Juan Manuel Valdez (Valdés) y sus desmanes en Nueva Granada

Manuel Valdés
Juan Manuel Valdés

“La conducta de Valdez en Popayán fue de lo más perjudicial que podía desearse en contra nuestra, y llegó a su límite cuando hizo ejecutar de un modo vil, en el silencio de la noche, a unos padres de familia, pues, aunque eran conocidos de enemigos el modo como se les castigó simulaba un crimen. Además, las persecuciones y destierros de gente principal lo hicieron detestable a él y en algo a nosotros y a nuestra causa.

La permanencia del Gral. Valdez en los pueblos del Cauca no fue menos dañosa, pues no hubo clase de desórdenes que no tolerase y él los cometiese, los pueblos tocaban ya en la desesperación, hasta que una orden terminante del Libertador le mandó que se pusiera en marcha sobre los enemigos, cualquiera que fuese el número de tropas que tuviesen”.

Deja un comentario