Antonio José de Sucre

Observaciones sobre el carácter de Sucre, por O'Leary (1)

En Mérida conseguimos un libro pequeño, pero muy sustancioso en historias de la Historia, escrito por el general irlandés Daniel Florencio O’Leary.

Llamado Memorias sueltas, contiene pequeñas anécdotas y observaciones de O’Leary sobre militares de la Independencia, episodios y otras situaciones.

En homenaje a un nuevo aniversario del nacimiento del Mariscal Antonio José de Sucre, el 3 de febrero de 1795 en Cumaná, reproduciremos unas Observaciones sobre el carácter de Sucre, escritas por la pluma del irlandés:

Antonio José de Sucre
Antonio José de Sucre

«El General Sucre me pareció a mí el mejor general de Colombia. Tenía bravura personal, un excelente ‘coup d’oeil (tener buen ojo), y era infatigable. Hacía todo él mismo, escribía su propia correspondencia, examinaba cada cosa, conducía el espionaje, hacía reconocimientos, visitaba día y noche las avanzadas, examinaba incluso las raciones que se daban a la tropa. Y aún así no gozaba de muchas simpatías en el ejército. Sucre había leído poco, y aunque tenía una brillante imaginación, escribía mal. Sin embargo, era un hombre de talento y de buen sentido. Él fue un idólatra del General Bolívar, y continuó siéndolo hasta que fue herido en Chuquisaca. Desde entonces denostaba de él y lo acusaba de ser el autor de los desastres que sufría Colombia. Cuando comenzó la acción de Tarquí, yo di órdenes al batallón Yaguachi de avanzar, y tan pronto como lo vi moverse, regresé a donde había estado con Flores. Poco después me apercibí de que el Yaguachi había hecho alto de nuevo. Espoleé a mi caballo y al llegar donde estaba la tropa pregunté por qué no avanzaba. Me informaron que el General Sucre había dado una contraorden. Al divisarme, Sucre dijo ‘Oh, si usted quiere, puede llevar el cuerpo con usted, pero recuerde que usted será responsable. Dígale a Flores que haga lo que él crea adecuado, puesto que él es quien comanda’.

Antonio José de Sucre
Antonio José de Sucre

Sucre era un hombre muy vanidoso, pero tenía razones para serlo. Era superior a la mayor parte de los hombres públicos que conocí en América. En sus principios era liberal, pero no republicano. Las últimas palabras que él me dijo a mí fueron: ‘Dígale al Libertador que concentre todas las tropas de que pueda disponer y que no permita que nadie le imponga nada. Dígale que ahora es el momento de salvar al país, y que si él piensa que la forma monárquica es la que requiere Colombia, que lo diga y que no le faltarán hombres que lo apoyen’.

Cuando se decidió la batalla de Tarqui en nuestro favor, el General Sucre me propuso proclamar a Flores ‘Príncipe de Tarqui’. Él pensaba dictar un decreto a tal fin, como recompensa a los servicios de Flores. ‘Es lo mismo que el título de Gran Mariscal de Ayacucho que el Perú me dio a mí, y sería un buen modo de sondear los sentimientos del pueblo’. Tales fueron sus argumentos, pero yo lo disuadí de sus propósitos».

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